jueves, junio 08, 2006

Sandrita

Al final no me ha costado tanto decidirme. He acabado con la toma diaria de pastillas, los ejercicios prácticos de recuperación y todas esas zarandajas. Empezare con la vida esa, la sana como dicen por ahí, paseos al aire libre, comida mediterránea, algo de ejercicio oriental, vamos una severa remodelación de vida.

Lo único que no entiendo es por que delante de mí persisten esos puntos luminosos. Cuando tomaba la medicación desaparecían a ratos, pero ahora son constantes. Claro que no siempre estuvieron ahí. Recuerdo que aparecieron cuando llego Sandrita.

Sandrita... que buena chica. Apareció en mi vida al principio de una primavera, cuando todo estaba en un bullicio de florecer. En esos momentos en que todo aquello que lleva faldas te parece bello y el aire lleva impregnado un suave aroma erótico. Allí estaba ella en medio de esa amalgama de crecimiento y deseos. Se acerco a mí y me pregunto si podía indicarle un lugar cómodo y barato donde alojarse, era nueva en la ciudad y no conocía a nadie.
En un momento se me fue la olla. Me quede absorto mirándola y mi respiración parecía agitarse, hasta el punto de iniciar casi un jadeo. Su aspecto era casi virginal, su pelo largo, lacio, caía por sus hombros casi hasta llegar a su cintura. Su blusa blanca, desabotonada hasta el nacimiento de sus pechos, dejaba entrever una carne blanca, sensual, apetecible. Sus piernas eran un abismo donde uno querría perderse. Y sus labios, ¿qué decir de sus labios?, eran toda una tentación que invitaban a llenarlos de besos.
Y ella debió darse cuenta que me dejo tonto, por que mirándome con una media sonrisa en los labios, pregunto si me encontraba bien. ¡Claro que me encontraba bien! Había llegado al paraíso y una hurí me abrió sus puertas. Y yo solo sabia babear delante de ella. Ahí fue cuando empezaron a salir los puntitos delante de mí, luminosos como atrayéndome hacia una imagen surrealista.

Tomando otra vez referencia de su cara, la respondí que si, que me encontraba bien, que perdonara mi ensimismamiento y la dije que si creía en el destino. Ella un poco sorprendida y extrañada respondió que si. Y le explique que ella era la viva imagen de una amiga que perdí hace mucho tiempo, que ella había muerto en un terrible accidente, por eso cuando la vi sentí algo dentro que se rompió.

Todo mentira, pero tenia que atraerla de algún modo hacia mí. Y ella respondió como yo quería. Se sintió compungida, azorada y pregunto si podía hacer algo para quitarme la impresión. Sonreí, la dije que había sido el destino, que si me permitía, yo la daría alojamiento en mi casa el tiempo que ella quisiese, sin compromiso, sin obligación, sin ninguna traba. Además, si ella no se fiaba le presentaría a los vecinos, a la portera, que le darían referencias de que yo era una persona seria y formal. No hizo falta ella acepto y nos dirigimos a mi casa.

Fue el destino, si, y yo no tuve la culpa. En el ascensor lo comprendí. Era la primavera quien me la entregaba para adornar mi casa, para llenar de color mi vida, para ser mi propia flor. Y así se lo intente explicar cuando dejo las maletas en la que iba a ser su habitación. Pareció no entender. Abrió los ojos desmesuradamente y vio mi mirada llena deseo. Comenzó abrir su boca, iniciando un grito impertinente y todo empezó a confundirse. Los puntitos luminosos resaltaron mas delante de mí, la habitación empezó a dar vueltas, ella se fue difuminado entre los colorines luminosos, yo intente calmarla, explicarla... y todo se volvió repentinamente rojo.

Sandrita desapareció. Según me contaron después en el sanatorio, me golpeo con algo contundente, me desvalijo la casa y me dejo tirado al lado del cubo de la basura. Cuando me encontraron me aferraba a una lechuga medio podrida, diciéndole cosas amables y estrujándola sin sentido.

Ahora estoy mucho mejor, lo único los puntos luminosos. Pero no importa, acabo de cruzarme con un ángel rubio de aspecto casi virginal...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Vaya! Veo que tampoco te puedes fiar del aspecto virginal. ¡Ay! Qué tiempos éstos que ya uno no se puede fiar...
Besito divertido

Anónimo dijo...

Bueno esta no es mi primera visita... pero si mi primer comentario. He estado vigilándote...jajaja,,, perdona el misterio!Entré hace una semana y aqui me tienes de nuevo dispuesta a dejarte un saludo. Con respecto a lo de las imágenes virginales, aún hay muchas aunténticas, pero es cierto que hoy en día, más que nunca, es difícil fiarse de las apariencias. Fue una lástima que aquel día no perdieras el conocimiento por alguna frenética actividad sexual en esa habitación. Tal vez debas buscar una mujer diabólica y no angelical, para así no asustarte con lo que luego descubras. Pero yo, en calidad de mujer inocente, apuesto por el look virginal!
Ya que estoy aqui voy a decirte que el poema de Contigo es precioso y se adapta perfecto a la imagen que le has añadido.
Será este el primero de muchos comentarios? no lo sé, espero que sí, depende de que sigas con esas maravillosas historias...
un besito inocente, con trasfondo misterioso ;)

Chaitan dijo...

Beso fantasia y buen finde

Gracias por visitarme Lily, y gracias por tu saludo, la puerta, ventana o agujerin los tienes abierto para cuando quieras pasar o mirar.
beso y buen finde.