El reloj también corre con urgencia atravesando mi epidermis. Su canto golpea dentro de mí y en su trayecto ahonda desflorando amargamente mis silencios.
El reloj mide, desmide, rompe mi inmortalidad.
4 comentarios:
Anónimo
dijo...
El reloj, el tiempo, es el que nos recuerda contínuamente que no somos inmortales, que todo va pasando, incluida nuestra vida y nuestros actos.
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El reloj, el tiempo, es el que nos recuerda contínuamente que no somos inmortales, que todo va pasando, incluida nuestra vida y nuestros actos.
Besos
"Murió mi eternidad y estoy velándola". (César Vallejo)
El hombre sometido a el capricho, a la tirania del tiempo.
Somos incapaces de dominar esa dimensión que nos rompe como juguetes , que nos eleva como cometas pero siempre a su antojo.
Muchas verdades esconden tus palabras.
Un abrazo.
Y a veces nos da plantón...
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